Tecorrales
Los tecorrales se utilizan típicamente entre campos para delimitar espacios o contener animales. Cuando se abandonan o tienen suficiente grosor, naturalmente crecen cercos vivos entre el acomodo de piedras, creando un ecosistema que ayuda a mantener conexiones verdes, retiene agua y previene la erosión del suelo.
Para este sitio abierto, casi cuadrado y con una suave pendiente, elegimos abrazar la esencia de los tecorrales tradicionales, usando sus líneas definitorias para crear habitaciones dentro del paisaje. Estas líneas, hechas de bajos muros de piedra, se combinaron con al menos otros dos elementos: un sendero, una zanja o un cerco vivo. Estos límites evolucionaron en espacios en sí mismos, enriqueciendo el ecosistema y fomentando nuevos hábitats. Cuando llueve, el agua de escorrentía se filtra a través del sistema de tecorrales, llenando la poza natural.
Las habitaciones nos invitan a jugar, nadar, sentarnos y recostarnos. Juntas, crean la escenografía para que se desarrollen todo tipo de historias—ya sea un encuentro con una rana curiosa, el avistamiento fugaz de un ave, o quizás el paso de una liebre.
- Cliente:
Privado
- Arquitectura de paisaje:
Estudio Ome
- Arquitectura:
Claudia Rodríguez & Louise Rouzaud
- Ubicación:
Valle de Bravo, México
- Área:
0.7 ha
- Año:
2021-2024
- Fotografía:
Maureen M. Evans & Estudio Ome























