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Habitar el bosque

La primera impresión en este sitio fue la majestuosa presencia de los encinos, Quercus laurina, como pilares del equilibrio y la diversidad del ecosistema. Sus ramas albergan helechos, orquídeas y bromelias, y sus hojas caídas nutren el suelo, permitiendo que otras especies crezcan bajo su follaje ligero. ¿Cómo aprender del bosque y cómo habitarlo?

Este proyecto revela un jardín delineado por maderas duras y especies forestales. Se construyeron momentos sencillos como señales sutiles de orientación: senderos serpenteantes entre los árboles existentes, un área de juegos en terrazas y escalones de madera provenientes de árboles caídos. La casa elevada está rodeada por un jardín exuberante donde saúcos y pasifloras alcanzan la altura de las terrazas. Una colección de macetas de barro fue plantada con especies forestales de Japón y México. El sitio se beneficia de un arroyo intermitente, donde se construyó una serie de muros de retención de agua y un estanque circular con gaviones y muros de piedra, permitiendo que el agua de lluvia se infiltre en el suelo y se disfrute de su presencia volátil.

Clientes:

Privado

Arquitectura de paisaje:

Estudio Ome

Arquitectura:

Rozana Montiel | Estudio de Arquitectura & Claudia Rodríguez

Ubicación:

Valle de Bravo, México

Área:

0.9 ha

Año:

2018-2020

Fotografía:

Alex Raduan

Reconocimientos:

Ganador, Luxury Lifestyle Awards 2021; Finalista, Créateurs Design Awards CDA 2023; Finalista, Dezeen Awards 2022

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